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Discurso del Debate sobre el estado de la región de Victoria Domínguez.

by csextremadura — 15 julio 2016 @ 12:51
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Señora presidenta, muchas gracias, señoras y señores diputados de esta Cámara, ciudadanos y ciudadanas de Extremadura. Permítame que comience mi intervención con un ilustrativo texto del pensador y ensayista alemán Richard D. Precht:

“Un barco de vapor de pasajeros navega por el Mediterráneo. No se trata de un buque de lujo sino de un barco como los de hace decenios.  El único lujo del barco son las tumbonas en cubierta.  A veces están ocupadas, a veces tiene uno suerte y consigue una. Durante semanas se reproduce el mismo espectáculo. Pero un día cambia todo. En una ciudad portuaria embarca un gran grupo, gentes que se conocen.

 Inmediatamente apresan todas las tumbonas disponibles y se ponen cómodos.  Si alguien tiene que salir de cubierta los demás le guardan la tumbona con una toalla. Lo que antes resultaba accesible en principio a cada uno ahora no está disponible.

Un par de pasajeros se molesta por ello. Los miembros del clan de las tumbonas reaccionan de modo diferente unos de otros.  Unos responden también rezongando.  Otros, sin embargo, proponen un trato a los descontentos. Que algunos de los conectados hasta ahora ayuden en la tarea de la custodia. Como premio pueden utilizar las tumbonas mientras tanto.  Alguno acepta el compromiso.

 Donde antes solo había un grupo con los mismos derechos de acceso a bordo, ahora hay tres grupos: los propietarios de las tumbonas, sus empleados, que se aprovechan también un poco, y los excluidos del uso de las tumbonas. Una revolución contra ese orden parece completamente imposible. La impiden no solo los dueños de las tumbonas, sino también sus empleados. “

Esta pequeña y sutil historia procede de los años 1980. La ideó el sociólogo Heinrich Popitz. Y su moraleja está clarísima. Si nadie vigila un orden democrático, pronto o tarde surgen estructuras de poder que invalidan esa democracia. Y donde antes dominaba la igualdad de derechos rige después una oligarquía.

La política, señorías, no se debe limitarse solo a mejorar la vida de la gente. A ser útil a la vida de la gente. El texto leído me parece muy gráfico en ese sentido.

Porque la política tiene la obligación de hacer también partícipe a la gente de lo que la democracia y los poderes públicos quieren hacer con la vida de todos. Con la vida de la gente. Esa es la verdadera utilidad. Y la verdadera diferencia.

Señorías, hace ahora un año las urnas optaron por un cambio en el mapa político regional, por el diálogo y el consenso más allá de la alternancia en el poder y por la regeneración democrática. Las reformas y la regeneración han impulsado e impulsan la acción política de Ciudadanos atendiendo al clamor de la sociedad.

En esta línea, este grupo promueve y promoverá la eliminación de los aforamientos, el aumento de la transparencia y otras medidas tendentes regenerar la vida pública.

Hace ahora un año, extremeños decidieron que esta fuera una Cámara sin cómodas mayorías absolutas ni cómodos pactos de estabilidad blindados a costa de ceder parcelas de poder y nos dijeron a los políticos que tocaba dialogar, consensuar, negociar y parlamentar.

Ciudadanos llegaba a esta cámara consciente de su papel de grupo minoritario lo que no ha impedido ejercer una oposición responsable, contundente y leal, durante estos doce meses.

En su discurso de investidura el señor Fernández Vara se comprometió a ejercer el liderazgo como presidente del consejo de administración de una gran empresa llamada Extremadura.

De una gran empresa, cuyos accionistas eran los extremeños. Un año después, vemos que esas acciones cotizan a la baja, intervenidos por las medidas de estabilidad financiera impuestas por la Administración Central que nos impone unas condiciones que limitan la autonomía presupuestaria y el gasto público, llevando a ajustes que no son sino recortes en los beneficios que esperábamos rentaran esas acciones cuyos depositarios, como usted dijo, son todos los extremeños.

Después de un año, resulta que el dividendo social ni las inversiones ha sido los esperados. Y el liderazgo del presidente del consejo de administración de Extremadura parece haber perdido impulso.

Desde Ciudadanos queremos que las cosas cambien a mejor. Que Extremadura sea una empresa con esperanza. En la que poder confiar.

La confianza, ya lo sabe usted señor Fernández Vara, es fundamental en el mundo empresarial y financiero. También en el político. Generarla con una adecuada gestión y buenos resultados permite afianzar proyectos, emprender nuevos retos y consolidar crecimiento.

Todo ello en beneficio de los accionistas. Entiéndame la metáfora. Quiero decir en busca del beneficio social y la mejora de la calidad vida de los extremeños, que es la renta que, como presidente ejecutivo de esta sociedad, está obligado a incrementar. Lo digo por si alguien pensaba que esto era un discurso en términos puramente economicistas.

Señor Fernández Vara, usted llegó a la Presidencia de la Junta de Extremadura hace un año, propiciado por la expectativa de un cambio de políticas. Así lo vieron los extremeños al darle la mayoría de votos, aunque no los suficientes para gobernar en solitario. Le indicaron, con ello, el camino y la vía del diálogo y del consenso a seguir.

Una senda, que bien es cierto, les costó tomar. Y bastante, dicho sea de paso, como quedó demostrado al presentar a esta Cámara, para su tramitación, un Proyecto de Ley de Presupuestos en minoría y sin haber hablado antes con la oposición, con la que están condenados a entenderse.

El Proyecto de Ley de Presupuestos fue rechazado y devuelto al Gobierno para que el señor Fernández Vara se dignara en abrir un proceso de negociación que sabía era obligado, haciendo un viaje a ninguna parte, prorrogando los presupuestos del PP y, acaso, sirviéndole de excusa esta situación para escudarse en la inactividad, en la imposibilidad de poner en marcha medidas necesarias y urgentes, en la ralentización de una administración que dio muestras de seguir en más de lo mismo, en el discurso del y tú más, alejado de los cambios de sensibilidad de la ciudadanía, como han vuelto a reafirmar las urnas en las dos últimas elecciones generales.

Así hemos llegamos al primer trimestre del año, perdiendo un tiempo precioso en una situación en la que Extremadura precisaba de medidas efectivas y urgentes que no se demoraran un día más.

Pero prefirió instalarse en la comodidad de la provisionalidad permanente, en la inacción institucional culpando a la oposición de las consecuencias de su falta de diálogo, generando una imagen que, a más de convertirse en la excusa perfecta para justificar la tranquilidad de una prórroga en ese tiempo de descuento de la gestión política, ha condicionado negativamente -desde principio- la percepción de la acción política del gobierno por parte de la ciudadanía.

De todos los que no entendíamos que el hecho de no haber buscado el consenso necesario sirviera para justificar dilaciones, retrasos y demora en la toma de decisiones que afectaban directamente a las vidas de las personas, a las que dijo iba a ser útil, a sus pequeños negocios y empresas, a las familias y a los ciudadanos, en suma.

La prórroga presupuestaria acabó afianzando la estrategia de bipartidismo. Porque por mucha escenografía que veamos, la realidad ha sido esa. A veces en política no se sabe que es más duro si poner la mejilla o tragarse un sapo.

Hace un año ofreció desde esa misma tribuna un proyecto de futuro dialogado, un proyecto de consenso, pero vemos que esas buenas intenciones se quedaron con la tramitación de los presupuestos en mero golpe de efecto.

También hemos recibido golpes de otro tipo. Bajos, incluso, diría yo. Como los que nos llegaron por escrito de Madrid, como esas inolvidables misivas que Montoro remitió a Fernández Vara pocas horas después de ser investido presidente de la Junta de Extremadura.

Entre los golpes de efecto del Gobierno Central, para meternos el miedo en el cuerpo e imponernos un PEF con recortes, y los golpes de efecto del rosario de medidas aprobadas a última hora, corre que te corre, por el Gobierno Regional, la realidad es que no hemos avanzado lo que deberíamos, que tenemos la sensación de que al Gobierno le ha faltado pulso, que tiene unas consejerías sobredimensionadas, lo que limita su capacidad operativa y de gestión, y que la región no recibe el impulso necesario -no ya para ilusionarla  (que eso es gratis y no pide pan, ni partida presupuestaria, pero que es muy importante, no lo olvide señor Fernández Vara).

Antes de tratar de perpetuar ese modelo de macro consejerías consideramos que sería conveniente una reestructuración de las numerosas competencias que acumulan algunas de ellas. No pasa nada por tener uno o dos consejeros más si lo que obtenemos a cambio es un gobierno que funcione mejor y que no esté tan sobrecargado como éste.

En este año llevamos visto que la realidad es que no ha cumplido los compromisos que usted mismo fijo para su Gobierno o que esas medidas que están sobre el papel y teóricamente en no sé qué porcentaje de cumplimiento, aún no son de verdad efectivas, ni han llegado a la gente por mucha evaluación de marketing político de venta de gestión política que se haga en páginas webs o en soportes publicitario.

s Porque son las personas, las familias o las empresas, los colectivos y entidades los que están -al fin y al cabo- al final de la acción política, y hacia las que debe dirigirse, sin premura ésta y cuya vida y situación tenemos la obligación y el compromiso de mejorar facilitar los políticos.

Usted, señor Fernández Vara, hace un año, en su discurso de investidura anunció que el cambio que proponía era que ‘Extremadura funcione’. Que funcionara mejor, porque en eso consiste ser útil a la vida de la gente.

Esto lo repitió muchas veces en su discurso de investidura. Fue la frase muletilla. Ser útiles a la vida de la gente. Pues esa utilidad, un año después, aún no vemos que haya llegado a la vida de las personas. Yo creo que 12 meses después de ser investido es un plazo más que suficiente para que todo eso se note en la calle.

De verdad, quiero decir que los ciudadanos se beneficien de ello. Más allá de los anuncios de la aprobación de tal o cual medida o del corre que te corre de las últimas semanas, que bien pudiera justificar la convocatoria, en el futuro, de un debate del estado de la región cada seis meses, visto el acicate que ha supuesto para su Gobierno. O la habilidad de sacar y meter conejos en la chistera, según convenga, como la apertura de días festivos del comercio o el tema de la exención del IBI de los centros sanitarios.

Puede que esté la teoría plasmada, blanco sobre negro, en el papel de los DOES, pero eso no basta. Había que haber dado más aire, mayor ritmo, más agilidad y, si me lo permite, hasta un poco más de alegría a la acción política.

En sentido figurado… entiéndame. No le pido que se ponga a tocar palmas. No es eso. Ya me entiende. Más aún con un panorama como el que se encontraron al llegar al Gobierno y como el que sigue presentado Extremadura un año después.

Mire, por traer solo algunos titulares recogidos, no por este grupo parlamentario sino por el Consejo Económico y Social de Extremadura en su Revista de ACTUALIDAD ECONOMICA del mes de junio.

En ella, analiza los datos de la actualidad económica y laboral de Extremadura. Hace el citado órgano una especie de retrato robot de la situación de Extremadura, y entre esos titulares de los que se hace eco hay algunos que llaman poderosamente la atención a cualquiera. Sea político o no.

Por ejemplo, le voy a citar algunos. “La autoridad fiscal estima que el PIB extremeño será uno de los que menos crezca’. Otro: ‘UGT Extremadura lamenta que el empleo que se crea en la región sigue siendo escaso y precario”. Otros más: ‘La renta de los hogares se desploma un 20 % durante la crisis, un empobrecimiento que se ha centrado sobre todo en las familias con menos recursos’; ‘17.800 hogares extremeños carecen de ingresos y en 53.000 nadie tiene trabajo’. ‘La mitad de los jóvenes de la región sufre riesgo de pobreza’; ‘EL Observatorio de la competitividad empresarial sitúa a Extremadura en la cola de la innovación’, ‘La construcción extremeña pierde el 30 % de las empresas en menos de un año’, ‘Caja Extremadura pasa de 1.150 empleados a 600 en seis años’.

Así podíamos seguir con noticias que nos hablan de la precariedad laboral y social, de la desaceleración de la economía extremeña, de la sensación de atonía que tiene la sociedad, de la falta de trasmisión de las medias aprobadas, que, si bien forman parte del papel -eso que todo lo soporta- no acaban de llegar a ser realmente efectivas al cumplir el año de ser investido.

El ciudadano percibe esto y percibe y nota en los bolsillos otras cosas también. Más de 118.000 extremeños no tienen trabajo y ven que el que surge es precario. El que tiene un empleo ve que dispone de menos dinero porque aumenta y aumentará más la presión fiscal con la reforma aprobada por su Gobierno.

En este año, hasta abril pasado, la recaudación fiscal subió un 5,2% a los extremeños y los impuestos indirectos subieron el 3,3%. Por el contrario, trabajadores y empresas tienen menos oportunidades, ya que la obra pública bajó hasta mínimos, cayendo la de edificación hasta marzo pasado el 93% respecto a 2015. Y la obra civil se redujo en el 63,6 por ciento.

En abril vimos cómo, a requerimiento de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, la Junta renunciaba a 40 millones de euros correspondiente a inversiones en concepto de Deuda Histórica prevista para 2016 y con lo que se quedan en el aire importantes inversiones en infraestructuras. Todo para poder cumplir con los ajustes señalados por el Ministerio de Hacienda y tener acceso al FLA. La deuda histórica no puede ser moneda de cambio que se pague a cuenta gotas según el criterio del ministro de turno en Madrid.

El resultado final es un presupuesto restrictivo que recorta inversiones y deja en la mitad los 82 millones de incremento hechos al proyecto de ley presentado finalmente por el Gobierno de Extremadura. Fueron hechos para un objetivo de déficit que han tenido que revisar al alza, quizá porque recién llegados no hicieron los deberes de fiscalización de las cuentas precedentes como debieran. La realidad de ha impuesto y los prepuestos aprobados ni son realistas.

Especialmente desalentadores son los indicadores sobre el paro, la brecha laboral que se mantiene abierta, con carácter estructural, entre Extremadura y otras comunidades autónomas con unos elevados índices de desempleo que castigan con especial énfasis a la mujer, a los mayores de 45 y a los jóvenes.

 La gestión económica no ha resultado positiva desde el punto de vista del empleo. Hay firmado con mucha escenografía mediática un plan de empleo con mas millones que el bote del mejor Euromillón.

El propio señor Fernández Vara en la presentación de mismo ni siquiera aventuró cifras de cumplimiento de los objetivos marcados como el número de beneficiarios de las medidas recogidas en el acuerdo, o de empleos que se tienen previsto crear. Limitándose a indicar el objetivo no es solo hacer frente al desempleo, sino también a la precariedad laboral. Visto así más que un plan parece una declaración de intenciones. Así desde luego no se inspira mucha confianza.

De hecho, el Consejo de la Juventud de Extremadura publicó, al cierre de 2015, unos más que preocupantes datos recogidos por del Observatorio de Emancipación Joven. Indican que la tasa de pobreza o exclusión juvenil extremeña alcanzaba el 50%.

Es la segunda más alta de toda España, habiendo crecido, más de un 10% los jóvenes en riesgo de pobreza o exclusión social en menos de un año. Esta situación de vulnerabilidad afecta a dos de cada tres parados y al 38% de empleados menores de 30 años.

También, ha generado y genera el paro un considerable impacto en los hogares con niños cuyos sustentadores se han quedado sin empleo y, muy particularmente, en los hogares monoparentales, hasta el punto de que hemos acuñado y manejamos con una inexcusable normalidad el término de ‘pobreza infantil’.

Existe un alto riesgo de desestructuración de las familias con todos los miembros en paro y se percibe también un aumento del deterioro de la situación económica y vital de muchas personas mayores, al tener que hacer frente a las responsabilidades contraídas por sus hijos, lo que hace inaplazable que la Administración pública tenga voluntad suficiente de intervención compensatoria que no ha tenido hasta ahora.

Es necesario potenciar las políticas de apoyo y protección familiar, no solo desde el punto de vista de la plena inclusión de las que están en una situación de mayor dificultad, sino teniendo en cuenta las perspectivas demográficas con medidas que implementen la conciliación de la vida laboral o el apoyo a la natalidad deseada.

Vemos, pues, que la pobreza dejó de ser huésped tras la crisis y sigue siendo residente permanente de nuestra sociedad y que se polariza, por un lado, en la población infantil y, por el otro, en la de los mayores.

En momentos post crisis como los que estamos no podemos ignorar que sigue existiendo un riesgo de mayor desequilibrio de la cohesión territorial no solo entre las comunidades autónomas con mayor y menor renta per cápita y PIB sino también en el seno de las mismas con desequilibrios intraterritoriales que tienden a concentrar la pobreza, no solo en el medio urbano, con riesgo de perpetuación de barrios en crisis -ante los que es necesario actuar para no convertirlos en bolsas de exclusión permanente- sino en el entorno rural de una población envejecida o sin perspectivas laborales y dependiente de pensiones y ayudas.

En aras del conocimiento real de la situación y la efectividad de las medidas dirigidas a paliar estas situaciones, Ciudadanos ve conveniente mejorar los sistemas de información sobre la pobreza, con el fin de tenerlos permanentemente actualizados.

El envejecimiento de la población en Extremadura acrecienta y agrava la situación, con una mayor presión sobre las pensiones, la demanda de más servicios sociales y sobre el sistema de salud y los ingresos fiscales que mermarán la capacidad competitiva de nuestra comunidad.

Reducir las desigualdades y fomentar la cohesión social no solo es necesario sino posible. Es imprescindible erradicar las formas extremas de pobreza y exclusión social porque son ética y políticamente injustificables. Para conseguirlo es preciso desarrollar otra manera de gobernar, en la que los asuntos sociales sean prioridad en la agenda política y fomentar la iniciativa social y el papel de la sociedad  civil, de modo que la política social esté en el centro del conjunto de políticas.

Pero la desigualdad no puede ser el motor de una economía inestable y el crecimiento solo tiene sentido si mejora del bienestar de las personas. Se trata, en suma, de anteponer las personas para que las políticas sociales no estén condicionadas por los intereses económicos.

Las políticas de inclusión de las personas no pueden ser entendidas solamente desde la perspectiva puramente economicista, con el objetivo de generar y consumir bienes y servicios.

Las políticas de inclusión son necesarias con independencia de la crisis. Lo son por razones  estructurales y de objetivos democráticos y deben ser permanentes y estables al margen de las emergencias dirigidas a las personas con mayores necesidades.

El bienestar social tiene que estar siempre por encima del territorio como principio básico de cualquier política social. Es necesario, en este sentido, una acción clara y orientada a conseguir una mínima convergencia interterritorial en el futuro que tiene que estar impulsada a nivel nacional y con el objetivo de garantizar unos mínimos para todo el territorio.

En este contexto el modelo de financiación del Estado debe garantizar la igualdad de todos los españoles al acceso de los servicios públicos. Avanzar en la senda de una financiación garantizada dependiente de la capacidad fiscal de los territorios será siempre injusto  y perjudicial para Extremadura.

Así lo ha destacado la comisión de expertos para el estudio de la financiación de Extremadura En sus conclusiones marca la estrategia que consideramos adecuada para defender el futuro modelo de financiación autonómica, un reto que exige la unidad de todos porque nos jugamos mucho.

No podemos olvidar, sin embargo, que día de hoy a los extremeños se les ha endeudado más que hace un año, porque la deuda pública registra un notable aumento, y ha caído en paralelo nuestro índice de producción industrial. También cayó, en un 15%, la creación de sociedades mercantiles y creció la disolución de estas, hechos que, en una sociedad como la extremeña, es un lujo que no podemos permitirnos.

La convergencia con España es cada vez más difícil con unos indicadores de paro que siguen siendo insoportables para una comunidad autónoma, con una población  activa bajo mínimos, con un consumo de comercio minorista que es la mitad de la media española y con unas exportaciones que no recuperan los niveles  de 2015 y años anteriores.

 Tampoco crecemos en Extremadura en otro aspecto muy importante. Esencial para su futuro. Seguimos estancados en poco más de un millón de habitantes y hemos perdido un 0,6 en población el último año.

Puede que el porcentaje no diga mucho, pero no hace sino afianzar la evolución de un saldo negativo, incluido el migratorio, de los últimos años y lo triste de todo es que se trata en muchos casos de pérdida de población excelente.

 De pérdida de talento joven, de un capital humano en el que familias y administración extremeña han invertido muchos recursos que se ve obligado a dejar la Extremadura en busca de un futuro, ya ni mejor, ni peor, sino tristemente de un futuro fuera de esta tierra que es en la que les gustaría quedarse para vivir, trabajar y luchar por levantarla.

Pero se ven obligados a emigrar porque esta sociedad, porque sus gestores, no son capaces de generar y ofrecerles ese mínimo vital de tener un proyecto de vida propio.

Por eso, es inaplazable la puesta en marcha de políticas efectivas dirigidas a recuperar e intentar atraer a esa población joven y excelente, porque también va en ello parte de nuestro futuro.

La Innovación es una de las asignaturas pendientes de Extremadura, con una muy escasa dotación y muy baja participación de la empresa privada. Es cierto que carecemos del tejido empresarial de otras CC.AA. y que las empresas en periodos post crisis no invierten en financiar proyectos de inversión y desarrollo, pero también lo es que incentivarlas y abrir el abanico a las pymes ofrece nuevas opciones de promoción de la I+D+i, un asunto al que el Gobierno de Extremadura no debe permanecer ajeno y esforzarse.

Extremadura es la cuarta comunidad de España con el menor índice de nacimientos y tenemos una población envejecida y diseminada en el medio rural. Son dos graves problemas de esos que no dan ruido mediático, que pasan casi de puntillas por las redacciones periodísticas, que están ahí pero no son una urgencia política.

 Es cierto que el sistema de atención a la Dependencia presta cobertura a miles de personas en Extremadura y que garantiza unos niveles mínimos de asistencia.

Pero toda política que mire al futuro de Extremadura debe encarar con rigor el problema demográfico. Tanto la pérdida de población excelente, de trabajadores cualificados o no, la sangría del talento joven y la derivada del agotamiento vital.

El problema demográfico y la pérdida de capital humano deben ser abordados con decisión y medidas que contribuyan a invertir la tendencia, en aras a recuperar y atraer población y contribuir en definitiva mejorar los datos actuales.

La educación es, sin duda alguna, uno de los factores más incluyentes en la exclusión o inclusión de las personas. Es imprescindible mejorar la calidad educativa y reducir las desigualdades en educación, fomentando la educación pública de calidad, es básico luchar contra la segregación educativa, invertir preferentemente en los centros con más necesidades, enfocar la acción en el fracaso escolar y poner en marcha acompañamientos complementarios con acciones específicas, dotando al sistema educativo de los recursos que le fueron hurtados con los recortes del pasado.

La conexión, en la última etapa de enseñanza obligatoria, con la formación post obligatoria, especialmente la profesional, orientada hacia el éxito de los alumnos, poniendo mayor acento sobre la FP Dual en la que se primen las prácticas y la conexión con el mundo empresarial para facilitar con visos de garantía el acceso al empleo de mayor calidad y estabilidad. Recortar en Educación debería estar prohibido. Recortar recursos u oferta educativa.

El concepto de salud debe ser entendido no solo como prevención o atención ante la enfermedad sino como el bienestar de las personas en su dimensión psíquica, física y medioambiental. Ni que decir tiene que la justicia tardía no lo es, tampoco los es una sanidad con listas de espera que incumplen los plazos marcados por la propia administración.

Además, le pedimos que cumplan con las resoluciones que aprueba este Parlamento. Creo que es algo que no debería siquiera plantearse. Pero lamentablemente hay que pedirlo en la propia Cámara ya quien tienen la responsabilidad de cumplirlo y representa la voluntad política mayoritaria delos extremeños.

Cierto es que están en minoría, Pero eso no puede ser precisamente óbice para que eludan la responsabilidad política del cumplimiento de resoluciones que tiene por objeto mejorar la sociedad y beneficiar a los extremeños.

Plantar esta cuestión en este foro es tanto como hacer extraordinario algo que debe ser ordinario. O de oficio, como se dice en la Administración. Pedimos sencilla y llanamente que se cumpla el mandato de este Parlamento.

Y planteamos que se enmarque en el seno de la Comisión de Administración pública el seguimiento y evaluación del cumplimiento de los acuerdos que tome la Cámara.

Sirvan como ejemplos ilustrativos la elaboración del protocolo de actuación en caso de acoso y ciber acoso en el marco y entorno escolar, propuesta de impulso aprobada a iniciativa de este grupo parlamentario, o la reforma del Madex y sistema de acceso, mediante la denominado ‘puerta única’ para acabar con las situaciones de desarraigo familiar de los usuarios con discapacidad intelectual.

Por no olvidar algo que está muy reciente. La publicación el pasado 12 de julio de medidas complementarias contra al tuberculosos bovina un año después, que se dice pronto, de que Ciudadanos planeara la primera iniciativa parlamentaria en este sentido, alertando sobre la grave situación sanitaria de la cabaña ganadera extremeña.

Ha sido precisa una segunda propuesta de impulso de Ciudadanos ante la inactividad de la Administración sobre este asunto para espolear a la Junta de Extremadura a tomar nuevas medidas más efectivas y profundas, tal y como venía demandando el campo.

Éste es un debate no solo para tratar sobre la orientación policía de Extremadura, lo es también para consensuar estrategias porque entre todos se construye mejor que entre uno solo. Lo es también para pedir un giro en la política y al gobierno que acabe ponga fin a la atonía y recupere el pulso y el impulso que necesita Extremadura ante el futuro nada fácil que se vislumbra.

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